Micropréstamos que realmente funcionan.

Imagine que está vendiendo gorditas y enchiladas en un pequeño puesto de comida y debe cargar toda su mercancía desde su comunidad hasta Atotonilco en el lomo de un burro viejo, acompañado de sus once hijos – ¡y tiene 71 años! Eso es lo que Piedad Jacinto enfrentaba día a día, hasta que conoció a Ezequiel Mojica y se enteró de los microcréditos y programas de enseñanza disponibles a través de Apoyo a Gente Emprendedora.

Tres años y tres pequeños préstamos después, Piedad ha podido comprar dos caretillas, tanque y parrilla de gas para hacer crecer su negocio. Este año, con sus ahorros, ha comprado una camioneta vieja –no más caminar, y no más pobreza para su familia. Por primera vez en la historia de su pueblo, tres jovencitas están estudiando en la Universidad Pública local, y la nieta de Piedad es una de ellas. Piedad, ahora con 74 años, trabaja cada día para ayudarla a pagar sus cuotas escolares. Sólo una pequeña ayuda y un pequeño préstamo fue lo que Piedad necesitó.

El préstamo inicial de Apoyo de 2000 pesos se pagó, al igual que los subsecuentes préstamos otorgados a Piedad. Esta historia se ha repetido vez tras vez – de hecho, unas 200 veces desde el inicio del programa piloto a finales del 2004. Préstamos desde los 1,200 pesos hasta los 4,500 pesos han sido otorgados para iniciar o expandir negocios en San Miguel y sus alrededores. En el 2009, más del 90% de los préstamos fueron liquidados, lo que permitió que más préstamos fuesen aprobados para emprendedores emergentes.

La idea del micro crédito inició un día de 1976 en Bangladesh cuando Muhammad Yunus prestó $27 dólares de su propio bolsillo a 42 personas viviendo en un pequeño pueblo. Estos micro emprendedores sólo necesitaban un crédito suficiente para comprar materia prima para el producto de su oficio, y posteriormente salieron junto con sus familias del círculo de la pobreza y desesperación. Con el establecimiento de Graneen en 1983, un banco dedicado a proveer de préstamos minúsculos a los más necesitados en Bangladesh, el concepto del micro crédito fue lanzado. Hoy en día, más de 350 organizaciones públicas y privadas en todo el mundo proveen miles de millones de dólares a millones de personas en más de 150 países. La visión de Yunu de ayudar a los más necesitados a ayudarse a sí mismos le valieron el Premio Nobel de la Paz en 2006.

A pesar de que el micro crédito ha sido elogiado por ayudar a millones a salir de la pobreza y dependencia, siempre ha existido un lado oscuro que en ocasiones emerge. Desafortunadamente, algunos microprestamistas han encontrado una oportunidad para aprovecharse de los pobres al cobrar tasas de interés exorbitantes sobre sus pequeños préstamos –destructivos cargos financieros que dificultan el pago oportuno de los préstamos y que en sí son contraproducentes para el objetivo de la asistencia por medio del préstamo. En México, las instituciones de microcrédito ya establecidas promedian un 70% en las tasas de interés que cobran, cuyo polo superior es un prestamista que cobra una tasa de interés del 125% anual en sus microcréditos! Cuando Ezequiel Mojica estaba estableciendo su programa de préstamos y le preguntaron por qué no estaba cobrando intereses similares, respondió: “Mira, ellos son los más pobres de los pobres. Ahorita simplemente no pueden pagarlo en este momento; tal vez cuando les vaya mejor”. Desde e
l principio, Apoyo hace préstamos sin intereses, y los sigue haciendo.

La historia de éxito de Apoyo es la historia de un emprendedor joven e incansable con la visión puesta en los menos privilegiados de San Miguel. Nacido en Santas Marías, una comunidad rural no muy lejana a San Miguel, Ezequiel estuvo algunos años trabajando en los Estados Unidos. A su regreso a San Miguel de Allende, se unió a Casa trabajando por 8 años en comunidades aledañas; tiempo durante el cual su visión del propósito de su vida se volvió más claro. En 2002, Ezequiel conoció a dos residentes locales y hombres de negocios ya experimentados, quienes lo instaron a considerar un programa de micro financiamiento para ayudar a los necesitados de San Miguel. Con fondos personales de estos simpatizantes, el primer préstamo fue hecho a la madre de Ezequiel, quien compró una máquina de tortillas más grande para su pequeño negocio con el préstamo de $200. Su negocio creció y se volvió redituable; su éxito condujo a un programa piloto para confirmar que pequeños préstamos otorgados a gente trabajadora y dedicada po
drían proveerles no sólo de seguridad económica, sino también de un sentimiento de orgullo e independencia que viene acompañado de la capacidad de proveer para sí mismos y para sus familias.

En el 2005, Ezequiel ya estaba listo para tomar el siguiente paso. Acudió ante el Consejo de San Miguel Community Foundation con una petición para una donación por $5000 para sostener su programa de micro créditos. Ofreció su plan de negocios, sus resultados financieros de años previos y compartió su visión de lo que veía como su pequeña contribución a las comunidades pobres de San Miguel. Dijo que había conseguido fondos similares de contribuyentes locales, y que con el dinero de la donación de la SMCG, podría ayudar a más personas y crear una clase media que nunca había existido en sus pequeñas comunidades.

Los miembros de SMCF quedaron impresionados- no sólo con la presentación y la solicitud de donación, sino también con la pasión y visión que Ezequiel proyectaba. Como recuerda de ese día Donna Foudray, actual presidenta y miembro del Consejo de la SMCF “Cuando Ezequiel se fue, ¡Todos estábamos sonriendo! Su petición fue aprobada por unanimidad. Estábamos seguros de que la pequeña donación que habíamos hecho sería el inicio para un magnífico programa que Ezequiel lograría, el cual eventualmente haría la diferencia en las vidas de aquellos que necesitan ayuda y apoyo”.

Desde el 2005, SMCF ha otorgado subvenciones anuales a Apoyo a Gente Emprendedora y la lista de contribuyentes privados aumenta. Este año, la solicitud de apoyo por $10,000 fue aprobada por SMCF y Ezequiel está decidido a recaudar fondos similares –ya ha recibido $4000 en garantías y está esforzándose por asegurar el resto. Su programa de préstamos y su asistencia de asesoría de negocios ha crecido año con año. Entrenamiento, consejería, ánimo constante, seguimiento y asistencia coordinada de otras organizaciones locales como Feed the Hungry, Casa, la Iglesia de St. Paul, Community Church of San Miguel y otras, es necesaria para que un programa completo sea efectivo. Para conocer más acerca de este joven sorprendente y el éxito de su programa, visite su página en Internet: www.apoyoemprendedores.weebly.com

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